26/4/08

Albergue auténtico

Ayer me fue imposible acceder a Internet. En una parada del camino, unos señores me aconsejaron no quedarme en el albergue de Santo Domingo de la Calzada y continuar hasta Grañón. Total... sólo son 4 km más. Y eso hice.

Pero menudos 4 km.... camino de tierra... blanco... polvazo... las 2 de la tarde... todo subida... sin una mísera sombra... arf arf arf....

Una vez llegada al pueblecito de marras (mu mono, eso sí).

- El albergue está debajo del campanar de la iglesia, me dice un aldeano. (Chungo, pienso yo...)

Y hala... allá que me voy... unas escaleras de tres palmos de altura... estrechas... que casi me rozan los bastones en las paredes... oscura oscura como la boca del lobo... y a la que veo la habitación para compartir... ¡No hay camas!. Colchonetas al suelo, tipo tatami... y ¡Hala! apáñatelas como puedas. Y de internet o comodidades extras... ni pensar, vamos... En ese momento empecé a maldecir al señor que me había aconsejado ir hasta aquel pueblo de malamuerte pudiéndome quedar en Santo Domingo. Me puse de bastante mala leche, pero como estaba tan derrengada, lo dejé para otro día. Me duché, me puse ropa limpia y me fui al bar de enfrente a comer algo.

El bar en cuestión era un tipo salón de pueblo. Se llama "Sindicato", el nombre lo dice todo. Pretendía comerme un buen filete con patatas o algo de pasta o algo de arroz, cuando la buena mujer me dice que sólo le queda ensalada y lomo con pimientos.... ya empezaba a caérseme el mundo encima.... bueno, me dije, mejor eso que la lata de ensalada que llevo en la mochila.

Así que comí lo que me pusieron, volví al Albergue (por llamarlo de algún modo) y me metí en mi saco dispuesta a no moverme hasta el día siguiente.

En esas que, a las dos o tres horas, empezó a llegar gente conocida. Todos sorprendidos por cómo era el albergue.

Cuando me cansé de estar estirada, me fui a la sala común o comedor a ver cómo les había ido el día a la gente conocida. Los hospitaleros habían hecho un cazuelón de lentejas para compartir con quien quisiera y me enteré que era costumbre en ese lugar hacer la cena y el desayuno en común.

Así que, como a mí me cuesta poco arremangarme, me puse a ayudar con las ensaladas y la macedonia de frutas. Estaban muchos de los amigos peregrinos que ya tengo en el camino. Generalmente cenamos juntos porque coincidimos en los albergues. Cuando tenga más tiempo haré una entrada con todos estos personajillos que me voy encontrando. Hay alguno muy curioso.

Así que acabamos por cenar 30 personas, compartiendo las lentejas y las ensaladas, el pan y el vino, la sal y el agua. Estuvo muy bien. Hablamos de muchas cosas y practiqué varios idiomas (para variar).

Así que, al fin y al cabo, ha sido la mejor noche de toda la ruta, el señor me aconsejó muy bien y estoy encantada con este albergue tan auténtico. Y es la noche que mejor y más he dormido. Por mucho tatami que fuera, creo que ha sido la cama más cómoda que me he encontrado a lo largo de todos los albergues.


Hoy no me he levantado más tarde de lo normal. He ayudado a hacer los desayunos y, cuando he acabado el mio, he cargado los trastos y he salido. Eran las 8. Demasiado tarde. Hoy el sol ha caído a plomo y no corría ni una brizna de viento. Uno de mis compañeros alemanes se quejaba del calor y yo le he dicho algo así como : "Bienvenido a Castilla". Esto es lo que te vas a encontrar de aquí a León. Mucho camino llano y poca sombra.

Hoy he caminado poco. Quiero acortar las etapas para poder ver Atapuerca con calma. Así que estos días, la crónica será temprana.

Si tengo ganas y tiempo después pondré la que quería haber colgado ayer.

Chitos kon b patokiski

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